El cólico del
lactante es un síndrome que ocurre entre las 2 semanas y los 4 meses de edad y
en un lactante por lo demás sano, independientemente del tipo de lactancia que
esté llevando, ya sea lactancia materna, mixta o de fórmula. Se caracteriza por
un llanto repentino y desconsolado que tiene más predominio en la tarde e
incluso por la noche (ritmo circadiano) y en el que el bebé tiene un patrón
flexor o de recogimiento.
Teóricamente si
un bebé tiene “episodios de llanto intenso y vigoroso al menos 3 horas al día,
3 días a la semana, durante al menos 3 semanas en un bebé sano y bien
alimentado” hablaríamos de cólico del lactante. Es una teoría muy general que,
en mi opinión, no debería ser válida, puesto que se identifican como cólico a
todos los niños con un llanto inconsolable en los que no podemos identificar
las causas. Convirtiéndose así, en un cajón desastre que puede valer para muchas
patologías donde metemos a todos los bebés por no saber el motivo de su lloro. Por
eso es importante distinguir qué problema tiene el bebé y no camuflar todo con
la denominación “cólico del lactante”.
Causas:
Los niños menores de 3-4 meses pueden tener varias causas de dolor, no suele haber una causa única, sino que suelen ser varias. A continuación, explico las más comunes para poder identificarlas:
1. Pautas de alimentación incorrectas
Las tomas en horarios fijos y una cantidad
recomendada son un error, puede que tu bebé necesite más alimento un día en
concreto y no se lo proporciones porque las conductas eran dar una cantidad
exacta y cada cierto tiempo. Todos los días no son iguales y debes dar las
tomas a demanda. Si no le damos lo que necesita, el bebé comerá con ansiedad
generando gases y generando mayores molestias.
2. Estímulos
Los
niños necesitan estímulos para desarrollar su cerebro, cambios de postura,
estímulos afectivos. Es muy fácil de diagnosticar, si no reciben estos
estímulos se quejan y al recibir estímulos continuos cambiantes se tranquilizan.
Aquí encajan los
bebés de alta demanda. El desarrollo de su cerebro es más rápido de lo habitual
y necesitan más estímulos, ya sean afectivos, de movimiento o sensitivos. En estos
niños se echan una siesta de 10 minutos y están 4-5 horas sin parar, son niños
agotadores. Se queja a los 2 segundos de estar parado y lo hacen por necesidad
de estímulos, ofréceselos lo antes posible porque ésto no es un capricho. A
medida que nos vamos haciendo con ellos, que les prestamos más estímulos, su
nivel de ansiedad va bajando y mejoran su nivel de nerviosismo.
3. Flora intestinal
Cuando un niño nace, no tiene flora en su tracto gastrointestinal,
los primeros que entran pueden ser lactobacillus (buenos), pero si entran otros
gérmenes que son anaeróbicos van a generar más gases, ahí estaría el problema.
La solución son los probióticos para sembrar lactobacillus y modificar la flora.
Continuamente están entrando, quizás al principio estaba bien pero luego pueden
entrar gérmenes anaeróbicos.
4. Lactancia artificial
El cólico es más frecuente en niños que toman biberón que en
aquellos que toman pecho, debido a la intolerancia de la proteína de la leche
de vaca o lactosa. Cuando son intolerantes suelen presentar irritación piel, tendencia
a vomitar, no ganan suficiente peso, muchos gases y caca ácida que le irrita el
culete. La solución sería cambiar leche artificial normal por una leche
hidrolizada y controlar la alimentación de la madre en el caso de que la
lactancia sea mixta. Otra opción es la leche artificial basada en leche de
cabra al ser más digerible y necesita menor producción de ácido. También
vigilar que el niño coma cuando lo pide, los bebés que suelen tomar el biberón lo
hacen con pautas marcadas de cantidad y tiempo, y el pecho suele hacerse a
demanda.
Lactancia mixta: este
tipo de lactancia ayuda a alimentar al bebé en el caso que la leche materna sea
insuficiente por múltiples causas como la cantidad de leche producida, un mal
agarre de succión, horarios de la madre u otras circunstancias que no son
adecuadas para la lactancia materna. El objetivo debe ser conservar la
lactancia materna lo máximo posible. La producción de leche materna se incrementa por
la mañana y desciende por la noche, entonces si el niño está más activo por la
tarde-noche tenemos que recurrir a mayores tomas de biberón. La solución sería
intentar que haga más tomas por la mañana y por la tarde con leche materna, y
disminuir las tomas con leche artificial por la noche, para que se ajuste más a
la producción de leche natural. Es importante no combinar en la misma toma el pecho
y el biberón, porque si no vaciamos el pecho cada vez que tiene hambre, la
madre jamás va a tener la suficiente capacidad de lecha para que su bebé se
alimente correctamente.
5. Reflujo ácido
Puede
pasar que el bebé produzca una cantidad de ácido gastroesofágico por encima de lo
normal. Los síntomas y signos son claros, interrumpe las tomas arqueándose
hacia atrás, teniendo la sensación de que algo se les sube hacia arriba pero
nunca encogiéndose. Incluso se despierta de noche arqueándose hacia atrás,
muecas como de asco porque le viene la comida. Si se tumba empieza el llanto e
incorporado está mejor, pudiendo echar o no echar comida por la boca, conllevando
la posible quemadura de la lengua y ponerse blanca además puede que la leche esté
cortada y huela a vómito.
Las causas pueden
ser varias, alergia a la leche que está tomando, que la flora intestinal esté alterada o que coma con mucha ansiedad al espaciar mucho las tomas. Una de ellas o
varias a la vez pueden ocasionar reflujo. La solución sería suministrar un
antiácido y mantener el tratamiento pautado por el médico, para bajar la dosis
más adelante, suele hacer efecto entre 3-10 días. Otra opción sería darle las
tomas más a menudo, para que el niño coma con la menor ansiedad posible, genere
menos acidez, le dé tiempo a asimilarlo y no refluya. No debería de estar más
de dos horas sin comer, tanto biberón como pecho, y por la noche que duerma lo
que quiera. También existen biberones específicos que ayudan a comer con menor
ansiedad.
6. Estreñimiento o Pseudo-estreñimiento
En la mayoría de las ocasiones el niño no es capaz de
abrir esfínter anal externo. Al principio no tiene fuerza para cerrar y no
tiene problema en hacer caca, pero a medida que crecen sí. Sólo se abre si el
niño lo abre, suele comer y apretar, pero no sabe cómo hacerlo entonces lo
intenta una y otra vez. No suele provocar llantos, pero no para de apretar y cuando
hace caca es blanda, por lo que no es estreñimiento. No salía porque el esfínter
estaba cerrado, el tratamiento son las sondas rectales, micro enemas o, la mejor
de todas las opciones, estimular el ano con un pequeño toque con una toallita
para ayudarle a relajar el esfínter.
Ejemplo práctico
Un bebé de alta demanda si no le doy los estímulos necesarios, tiene mayor
ansiedad y genera más acido gastroesofágico provocando reflujo. Si además tiene
una intolerancia a la lactosa o proteína de la leche de vaca el cuadro clínico
se complica. Debiendo tratar a todas las posibles causas de forma simultánea, primero
que mejore y luego vamos quitando medidas para estrechar el círculo y saber
exactamente qué es lo que le ocurre.
Espero que hayáis
aprendido algo más sobre el “cólico del lactante”, ¡sed felices!
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